miércoles, 5 de agosto de 2009

El DESTINO

Una echadora de cartas
me ha invitado a su mesa esta tarde, errante como todas.
Yo, que tengo el corazón a prueba de milagros
que ya no puedo creer en casi nada
me he sentado a su mesa con esos ojos de mendigo
que implora su limosna a cualquier precio.
Mi vida en un segundo pasando por sus manos
una mirada casi eterna
y un flujo de raíces floreciendo desde mis venas marchitadas.
Hubiera dado lo que me pidiera por convertir en rosas mis heridas.
¡Me ha dejado de piedra!
Y me he levantado con una ligereza
que mis piernas trenzaban algodones de azúcar;
¡palomitas crujientes brotaban de mi pecho!
Una echadora de cartas
me ha invitado a su mesa esta tarde, ardiente de deseos
para decirme que el destino existe
y yo, como un idiota por poco me lo creo.

Txiki Medina

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