martes, 10 de mayo de 2011

CIUDAD JUAREZ (Txiki Medina)



La mitad de los días de Agosto pasado
no hubo que esperar grandes indecisiones
en la cúpula estelar de Ciudad Juárez.

La mitad de los muertos fueron agua bendita
porque la balacera se andaba con contemplaciones.

A la mitad de desaparecidos no les quedó mas remedio
que vérselas con el forense sin cita previa y la otra mitad
se supone que pasaban del todo.

La mitad de la mitad de la coca supuestamente requisada
-con semejante calor y por desgana- se quedó por los orificios.

La mitad de las veces todo estaba anunciado en el escapulario
de la virgen de Guadalupe –la del pollero- o la del Cóbre.

Solo la mitad de los ajustes de cuentas se pagaron en un santiamén
o en efectiva-mente. De la cuarta parte solo la mitad
de manera desinteresada.

La mitad de los cementerios de Ciudad Juárez
es un coladero que no dispone de libro de visitas, se sospecha
que los residentes se comportan como lechuzas.

La mitad de la policía sospecha que al cincuenta por ciento
no le salen las cuentas de los disparos por derecho propio.

La mitad de Ciudad Juárez no es ciudad y de Juárez
la otra mitad no quiere ni nombrarlo.

La mitad de la vida se compensa con la mitad del silencio
y la siesta va cayendo en el picadero del olvido.

No se sabe la mitad de lo que no se dice
aunque lo que se dice no quiere decir nada.

Mas de la mitad de lo que te cuento se sabía de corrido
el resto, tampoco lo descubrirás de antemano.

La mitad de este texto podría ser maldad
la maldad es la mitad de lo que suponemos.

No hay comentarios: